Los diversos escándalos de corrupción recientes que involucran a instituciones públicas y empresas privadas sólo demuestran cuán urgente se ha vuelto la ética empresarial. Por esta razón, cada vez más organizaciones se han propuesto discutir el tema.
El hecho es que la ética ha dejado de tener relevancia sólo en los círculos académicos, adquiriendo un carácter práctico. El comportamiento ético pasó a ser visto como un objetivo primordial para la continuidad de las propias empresas.
Aun así, muchos gerentes siguen teniendo dificultades para combatir los actos de corrupción y promover una cultura ética en sus empresas. Si este es tu caso, sigue leyendo el artículo para ver cuál es la importancia de la ética empresarial y cómo estimularla en tu organización.
¿Qué es la ética empresarial?
El concepto de ética ha sido ampliamente discutido desde la antigüedad por filósofos y eruditos de todo el mundo. La palabra proviene del griego radical “ethos”, que significa algo derivado de una costumbre superior, que tiene buen carácter.
Así, a pesar de las diferentes variaciones transmitidas a lo largo de los años, podemos definir la ética como un conjunto de principios y valores que motivan y rigen a los individuos de acuerdo con los códigos de conducta establecidos en la sociedad.
De otra manera, el comportamiento ético también puede entenderse como el carácter humano en el que las personas se basan sus decisiones y acciones. Así, en un concepto simplista, la ética empresarial sería lo que determina la conducta de los colaboradores dentro de las empresas.
Teniendo en cuenta que las empresas también se relacionan con otras instituciones, la ética empresarial también debe entenderse en todas estas relaciones. De esta manera, se vincula directamente con los clientes, proveedores, socios y cualquier grupo de interés con los que la organización se relaciona dentro de su área de actividad.
Esto significa que la ética empresarial es inherente – en tanto rige la conducta de los colaboradores y gerentes entre sí – y externa, en tanto fundamenta también las relaciones con el mercado.
¿Qué importancia tiene la ética para las empresas?
Cuando se habla de ética, muchas personas recuerdan inmediatamente los códigos a los que están sujetas algunas categorías de trabajadores, como periodistas, médicos y abogados. De hecho, estas normas son fundamentales para educar, orientar y sancionar la actuación de estos profesionales.
Sin embargo, aunque parezca ser más importante en algunas profesiones, la ética empresarial debe ser un principio perteneciente a todas las áreas. Esto se debe a que impacta directamente en todo el funcionamiento de la empresa.
Internamente, basta con pensar en cómo algunas acciones, como el acoso sexual y moral, pueden perjudicar las relaciones entre los trabajadores. Externamente, el fraude, la evasión y otras incorrecciones pueden generar multas, arrestos y otras sanciones legales.
Además, la ética empresarial va mucho más allá de las prácticas penalizadas por la ley. Por ciento, la mayoría de ellas están fuera del ámbito jurídico, involucrando relaciones humanas y sociales comunes.
Este es el caso de problemas relacionados con prejuicios (de etnia, género, orientación sexual, etc.), chismes, mentiras y tantos otros comportamientos que, lamentablemente, forman parte del día a día de algunas organizaciones y que generan un impacto interno negativo, pero también en la imagen y reputación de las empresas.
Un jefe que deja de ascender a una colaboradora por ser mujer. Un funcionario que sufre prejuicios de colegas por ser homosexual. Gerentes que reprenden y no respetan la religión o los gustos personales de los subordinados. Estos son sólo algunos ejemplos de comportamientos antiéticos que pueden ser frecuentes en las organizaciones.
Además de crear un ambiente de negocios completamente desagradable para los colaboradores, todo esto sólo contribuye a una imagen negativa de la empresa en el mercado. Al fin y al cabo, incluso aquellos que no siguen los principios éticos terminan no relacionándose con individuos e instituciones poco éticos.
Este es un factor que incluso motiva la rotación de empleados y aleja a muchos proveedores y socios comerciales, impidiendo que la propia empresa crezca o se mantenga en el mercado.
¿Cómo es posible estimular la ética en el lugar de trabajo?
A primera vista, parece que la ética empresarial es un concepto que debe ser exigido, pero nunca fomentado, ¿no? Aquí es precisamente donde radica un problema importante: muchas empresas entienden la importancia del comportamiento ético, pero pocas hacen algo al respecto de manera preventiva.
A continuación se muestra cómo puedes adoptar una conducta ética dentro de tu organización:
Cuenta con el apoyo de la alta dirección
Todos los colaboradores deben participar en el proyecto de una organización ética. Sin embargo, no tiene sentido tratar de imponer estos conceptos de arriba hacia abajo. La alta gerencia debe apoyar y servir de ejemplo para la construcción de una cultura ética.
Adopta un código de ética empresarial
Tener un documento que registre todas las normas, así como las prácticas que deben respetarse o adoptarse, es una forma de educar a las personas y evitar problemas debido a la falta de conocimiento.
Un código de ética sirve para guiar a todos los que participan o se relacionan con una organización. Por lo tanto, debe contener tanto cuestiones legales como valores que guíen la conducta de las personas.
Crea una cultura organizacional ética
Las personas no deben usar la falta de conocimiento sobre los estándares de la compañía como una excusa para un comportamiento antiético.
Por eso, es esencial difundir el código de ética y todos los principios que presenta. Esto se puede hacer a través de campañas de comunicación institucional, capacitaciones, reuniones y en el día a día de los colaboradores.
No brindar capacitaciones sobre los valores que orientan la conducta de la empresa, creyendo que el sentido común sea suficiente frente a un dilema ético, puede ser un “tiro en el pie”.
Establece un programa de cumplimiento
No es aquí lugar para explicar el concepto de cumplimiento, sino sólo para resaltar la importancia de adoptar un programa y tener un departamento a cargo de él dentro de la empresa, después de todo, es fundamental que haya personas responsables de velar por la ética empresarial constantemente y en todos los niveles.
No hay organización sostenible sin ética empresarial. De una forma u otra, en algún momento, la conducta o mala reputación de una empresa terminará afectando sus relaciones con los clientes, la permanencia de los colaboradores, en definitiva, su crecimiento y continuidad en el mercado.
Si aún no lo has hecho, ¡comienza a cultivar valores éticos ahora mismo!
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